El uso del botox en la frente es una práctica que cada vez se demuestra más desaconsejable.
A la consulta del Dr. Federico Mayo llegan continuamente personas muy descontentas con el resultado obtenido después de aplicárseles la toxina botulínica en el área frontal. La gente se queja de tener una expresión triste y realmente es así, pues tras la paralización de los músculos de la frente que es lo que hace esta toxina, inevitablemente las cejas quedan siempre caídas produciendo esa expresión triste o si acaso de enfado.
La prueba es muy simple, sitúense delante de un espejo y pongan una cara de alegría, eso es, la sonrisa en la boca, las cejas se levantan levemente y ups aparecen arrugas en la frente, patas de gallo y entrecejo. Ahora pongan cara triste, es verdad que se notan menos las arrugas, los ojos están caídos. Esto es lo que pasará con el botox en la frente, podrán poner muy bien cara de tristeza, pero no de alegría y mucho menos de sorpresa, que es cuando abrimos mucho los ojos y levantamos las cejas al abrir la puerta de casa y ver un montón de amigos cantándonos el cumpleaños feliz.
La toxina botulínica fue descubierta por el doctor estadounidense oftalmólogo Alan Scott allá por los años 60 del pasado siglo XX, quien observó que paralizaba las funciones químicas de algunos músculos y glándulas inhibiendo su actividad. Desde entonces el campo de acción de este medicamento comercializado y conocido como “botox” se ha extendido enormemente, siendo utilizado para objetivos tan dispares como el estrabismo, las migrañas, el exceso de sudoración y por supuesto para el tema que nos ocupa, la estética.
La toxina botulínica legalmente
La Agencia Española del Medicamento tiene aprobados actualmente cuatro medicamentos con toxina botulínica: Botox®, Vistabel®, Dysport® y NeuroBloc®, de los cuales sólo Vistabel estaba aprobado hasta la pasada década en usos estéticos y solamente para su aplicación en el entrecejo, así pues legalmente si atendíamos a la legislación española el uso de la toxina botulínica para las arrugas de la frente (también para las patas de gallo) era ilegal.
Pero recientemente la legislación ha cambiado y su uso como solución estética en la zona frontal y patas de gallo ya está aprobado.
Por otra parte según un estudio hecho por el grupo de trabajo de farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA) existe el riesgo de que se disemine la toxina botulínica produciendo efectos adversos y no deseados.
Botox en la frente – La alternativa
Como saben muy bien las personas a las que se les ha aplicado la toxina botulínica por el motivo que sea, sus efectos no son de por vida y en el caso de los músculos faciales que provocan las arrugas de expresión oscilan entre los cuatro y seis meses.
La alternativa eficaz y duradera para las arrugas de la frente es sin duda el lifting frontal que si bien no detiene el paso de los años, tensará las estructuras profundas de la frente, mejorando claramente su aspecto, su efecto también será de levantamiento de cejas, con lo que conseguiremos un expresión más alegre y juvenil.
Se trata de una cirugía de carácter ambulatorio que se realiza con sedación y anestesia local.