La dismorfia corporal consiste en obsesionarse por un defecto mínimo o imaginario de la propia apariencia física. Esto provoca a quien lo padece una gran insatisfacción y, muchas veces, le lleva a entrar en el quirófano de forma innecesaria. Está bien corregir aquellas cosas que incomodan y producen complejo, siempre y cuando sea cierto. Por ello, es importante consultar con un cirujano plástico para que valore cada caso y analice si es conveniente someterse a una intervención.
¿Qué es la dismorfia corporal?
La dismorfia corporal, también llamada dismorfofobia, es un trastorno que hace que una persona tenga una falsa percepción de su aspecto físico. En algunos casos, aunque el defecto sea real, tiende a engrandecerlo y, en otros, tiene una visión completamente equivocada. Un claro ejemplo es el de quien se ve gordo, y hasta obeso, sin serlo en absoluto. El problema es que todos aquellos que padecen la dismorfia corporal se sienten insatisfechos y avergonzados con su imagen, lo que les provoca muchos problemas de relación.
El trastorno dismórfico corporal (TDC) lo describió por primera vez en 1891 el psiquiatra italiano Enrico Morselli de esta forma: “Sentimiento subjetivo de fealdad o defecto físico que el paciente cree que es evidente para los demás, aunque su aspecto está dentro de los límites de normalidad”. Sin embargo, la dismorfofobia no se clasificó como trastorno mental hasta el año 1980.
¿Cuándo se produce la dismorfia corporal?
Los síntomas de esta patología se manifiestan generalmente en edades tempranas, sobre los 10 o 12 años, momento en que se están generando cambios en el cuerpo de los adolescentes. Es en esa edad cuando los chicos comienzan a fijarse en el aspecto físico y, burlándose de los más desfavorecidos, hacen que estos se sientan mal y desarrollen un gran complejo. Esto no excluye que se pueda detectar el TDC en personas más mayores o incluso en adultos.
¿Por qué se manifiesta la dismorfia corporal?
La dismorfia corporal se puede manifestar por razones tan variadas como:
- Cuestiones genéticas.
- Un procesamiento defectuoso de la serotonina (hormona de la felicidad).
- Traumas infantiles.
- Factores ambientales.
- La causa más actual: la “cultura del selfi”. Los jóvenes se fotografían con aplicaciones que transforman su rostro con el objetivo de encontrar la aprobación de los demás. Esos filtros agrandan los ojos y suavizan los rasgos y cuando los chicos ven su imagen real en el espejo no la identifican como suya. Por eso, acuden a las clínicas de Cirugía Plástica pidiendo el médico que los deje tal y como aparecen en los selfies.
¿A cuánta población afecta la dismorfia corporal?
Se calcula que un 2% de la población sufre de dismorfia corporal. En Estados Unidos esta cifra va en aumento y se está hablando de que ya afecta a 1 de cada 50 personas. Entre los pacientes dermatológicos alcanza el 12%. No existe gran diferencia en el predominio entre ambos sexos.
Seguramente todos conocemos a algún familiar o a un amigo que tiene una falsa percepción de su físico y sabemos los problemas que le reporta. Tampoco los famosos se libran de sufrir la dismorfia corporal. Kim Kardashian ha admitido padecerla después de que se filtraran unas fotos suyas en bikini donde se apreciaba celulitis. A Kim le afectan las críticas ya que vive fundamentalmente de su imagen.
¿Cómo ayudar a las personas que tienen dismorfia corporal?
Dependiendo de la raíz del problema de la dismorfia corporal habrá que actuar de una forma u otra. En general, se suele tratar más de una cuestión inventada por el propio paciente que de la realidad. Algunas personas no dejan de mirarse en el espejo para ver si han desaparecido los defectos físicos que les angustian, mientras que otras evitan hacerlo para no atormentarse. Lo ideal sería que cada uno se aceptara tal y como es y, si no es así, habría que ayudar a quienes tienen ese sufrimiento por su apariencia.
- Si el defecto físico que preocupa a la persona es claramente imaginario, tendrá que actuar un psiquiatra. Le aplicará una terapia cognitivo-conductual para paliar el estrés del paciente y evitar que entre en cuadros depresivos que puedan poner en peligro su propia vida. Además, existen tratamientos farmacológicos que le ayudarán a segregar la serotonina que necesitan.
- Cuando el defecto físico sí es real y lo suficientemente relevante como para pasar por el quirófano, será el cirujano plástico quien trate a la persona. El médico podrá retocar esos rasgos que tanto desagradan al paciente y le ayudará a recobrar la confianza en sí mismo.
Si no está conforme con su aspecto, consulte con un cirujano plástico para que le ayude a resolver su problema. Esta insatisfacción puede acarrear problemas de autoestima y de relación. La felicidad se encuentra en lugares de lo más diverso y, uno de ellos, es estar contento con la apariencia física.
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