Belleza e inteligencia

Estética

Belleza e inteligencia es lo que todo el mundo desearía poseer. Algunos tienen la suerte de haber nacido con las dos cualidades, otros con una sola y, los menos favorecidos, sin ninguna de ellas. Sin embargo, no hay que acomplejarse, ambas aspectos se pueden mejorar y, a veces, los compensan otros factores como una atrayente forma de ser o una actividad profesional interesante.

Belleza e inteligencia

A pesar de que no se tenga un físico espectacular y unas capacidades sobresalientes, si se cultivan y se potencian se podrá tener tanto éxito personal como los guapos y listos. Aunque no lo creamos, los más bellos también se cuidan, hacen deporte, renuncian a cosas e, incluso, recurren a la Cirugía Plástica cuando lo ven necesario. Y los más inteligentes no dejan nunca de formarse y de aprender a gestionar sus emociones.

La belleza

La belleza, aunque es un concepto abstracto, se puede definir como aquello que produce una sensación de satisfacción al percibirlo. Lo bello es subjetivo y depende de quien lo defina, la cultura y el momento histórico. Para algunos son más guapas las personas delgadas, a otros les gustan más las entradas en carnes; unos sueñan con narices pequeñas, otros con apéndices nasales grandes; hay quienes ansían unos labios carnosos, el resto finos; unos cuantos prefieren los pechos exuberantes mientras a otros les parecen más bonitos los pequeños. Para gustos, colores.

Se habla de que la belleza está en el interior o se ha oído este dicho: “La suerte de la fea la guapa la desea”, pero hay que estar en el lugar del feo para ver cómo se siente… Lo importante es que cada uno esté satisfecho tal y como es. A veces resulta más atractiva una persona menos agraciada físicamente pero que se sabe relacionar muy bien, que otra más guapa con un carácter imposible.

La inteligencia

La inteligencia es la capacidad de entender, razonar y afrontar las situaciones. No se trata de sacar sobresalientes, se pueden tener muy buenas notas pero ser torpe en la vida. Los dieces no implican siempre que sea muy inteligente, a veces solo indica que se es constante o que se organiza bien para estudiar. Actualmente se valora más la inteligencia emocional, que se ha demostrado que es la que determina en mayor medida el éxito del individuo.

Alguien tendrá una gran inteligencia emocional cuando sepa comportarse bien ante cualquier situación, se controle bien y tenga autoconfianza. Todo esto repercutirá directamente a su salud mental. Cuando una persona está mal emocionalmente se reflejará también en su apariencia, no se cuidará ni por dentro ni por fuera y producirá rechazo en el resto.

Belleza e inteligencia

Ojalá todos estuviéramos satisfechos con nuestro aspecto físico y nuestras capacidades intelectuales, pero no lleva a ningún lado estar comparándose con los demás. Cada ser humano es distinto y singular y no tenemos por qué ser los más guapos ni hacer grandes aportaciones a la humanidad. Si se está contento tal y como se es y con la vida que se lleva, seremos felices. De lo contrario, tendremos intentar remediarlo.

No todos podemos pretender descubrir un nuevo planeta, solucionar un problema matemático imposible, ser el mejor pintor de la historia o elaborar una vacuna muy efectiva. Hay que medir bien las fuerzas y saber lo que nos resulta factible. Para eso está la inteligencia emocional, que siempre se puede fomentar solicitando ayuda de un especialista.

Si lo que nos incomoda es nuestro aspecto físico habrá que analizar donde está el problema y, si es necesario, recurrir a la Medicina. La Cirugía Plástica y Estética puede corregir aquellos rasgos con las que no nos sentimos bien y devolvernos la confianza. Hay distintas situaciones que pueden obligarnos a pasar por el quirófano:

  • Haber nacido con algún defecto congénito, como el labio leporino y el paladar hundido. Es fácil de eliminar y mejorará mucho la vida de la persona.
  • Tener algún rasgo de la cara o alguna parte del cuerpo con el que no estemos satisfechos. Una nariz muy grande, unos pechos excesivamente pequeños, las arrugas o la celulitis pueden llevarnos por el camino de la amargura. La rinopolastia, la mamoplastia, un lifting o la liposucción nos ayudarán a vernos como deseamos.
  • Un accidente o una enfermedad grave puede haber arruinado nuestro físico. Desde caras desfiguradas o miembros afectados hasta deformaciones se podrán revertir con la Cirugía Estética, Plástica y Reconstructiva.

Razón tenía Luis Eduardo Aute cuando cantaba en Pasaba por aquí: “Estás mucho más guapa, será que te embellece ser feliz”. No hay duda de que cuando uno está relajado y gestiona bien sus emociones se refleja en su cara, está más bello. Multitud de cosas pueden impedir esa felicidad, por ejemplo, no estar a gusto con alguna parte de su anatomía. En este caso, debería pedir ayuda a un cirujano plástico.

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