La cirugía de pecho en la menopausia está cada vez más en auge. El busto de la mujer cambia mucho durante esta etapa. En algunas ocasiones disminuye de tamaño, en otras aumenta y, casi siempre, presenta una flacidez que a nadie agrada. Todo esto lo puede corregir un cirujano plástico.
La menopausia no se manifiesta a una edad concreta, pero suele darse entre los 40 y los 55 años, dependiendo de cada mujer. Una vez que la mujer deja de tener el ciclo menstrual su organismo produce menos estrógenos y progesterona. Esto afecta de manera directa a los senos.
El pecho de la mujer está formado por tres capas que, por los cambios hormonales y al envejecimiento del cuerpo, se van modificando.
- La capa externa es la piel. Con la edad disminuye el ácido hialurónico que rellena la piel de agua y surgen problemas como la elastosis (flacidez y arrugas) o la atrofia de la dermis.
- La capa media la conforman tejido subcutáneo y grasa. Tras la menopausia se produce una pérdida del tejido subcutáneo y es normal se acentúen las arrugas y las estrías.
- La capa interna es la glándula mamaria. Con el paso del tiempo suele disminuir esa glándula y, por tanto, se reduce el tamaño de los pechos. En algunas ocasiones ocurre lo contrario y los senos ganan en tejido adiposo. Lo que siempre se produce es un descolgamiento.
La cirugía de pecho en la menopausia se enfoca de distinta forma, según las alteraciones que se originen en las mamas será necesaria una cirugía u otra. Veamos las más habituales.
Cirugía de aumento de pecho
Con la menopausia se dejan de producir estrógenos y el tejido de la glándula mamaria se encoge y también los pechos. En la juventud los senos tienen mucho más tejido glandular que graso, pero cuando se llega a la menopausia es al revés.
Aquí habrá que incrementar el volumen del pecho con una mamoplastia de aumento. El procedimiento consiste en colocar un implante normalmente bajo el músculo pectoral, pero también puede colocarse de forma subglandular o tras la fascia. El aumento se hará en consonancia con el cuerpo de la mujer.
Cirugía de reducción de pecho
En otras ocasiones puede ocurrir precisamente el efecto contrario al anterior. Cuando la glándula mamaria aumenta se produce también un aumento del tamaño de los senos.
En este caso, habrá que aplicar la mamoplastia de reducción para hacer más pequeñas las mamas. Tan inconveniente es una mama excesivamente pequeña como una demasiado grande, si no está en proporción con el cuerpo de la mujer. Lo importante en la cirugía plástica estética es hallar la máxima armonía. El procedimiento se realiza haciendo unas pequeñas incisiones alrededor de la areola por donde se extraerá el exceso de piel, grasa y tejido mamario. Finalmente se podrá recolocar la areola y el pezón en su nueva posición.
Cirugía para pechos caídos
La menopausia, el embarazo, la lactancia y la pérdida de peso hacen que la fuerza de la gravedad actúe sobre las mamas. El tejido conectivo o ligamento de Cooper es el encargado de soportar las mamas. Cuando este se debilita y pierde elasticidad, hace que los pechos queden caídos.
Para elevar las mamas habrá que realizar una mastopexia. El procedimiento va implicar muchas veces la recolocación del complejo pezón – areola que se posicionará más arriba. Quedará una pequeña cicatriz en forma de T invertida desde la areola al surco submamario. Normalmente la mastopexia va implicar una reducción de la mama pero también se realizan mastopexias con aumento mediante implantes.
Cirugía para el pezón
Llegada la menopausia, el pezón puede sufrir alteraciones. La más llamativa es la del pezón invertido. El pezón se conecta con la glándula mamaria a través de fibras musculares y conductos galactóforos que transportan la leche. Cuando estos conductos son cortos se retrae el pezón, impidiendo la erección e invirtiéndolo.
Se puede corregir el pezón invertido en una cirugía específica. Pero también es normal corregir esta anomalía junto con una cirugía de pecho mayor, como el aumento mamario o la mastopexia. Esta intervención conllevará cortar algunos conductos galactóforos que causan la retracción.
Otras anomalías de la areola son la disminución de tamaño o la decoloración. En estos casos se puede agrandar el pezón quirúrgicamente o micropigmentar la areola para emular el color original.
Algunos consejos para mantener un pecho bonito
Las arrugas, la flacidez y las manchas impiden lucir un bonito escote. Puede haber una causa genética y el normal paso del tiempo, pero hay ocasiones en que se trata solo de malos hábitos. Veamos unos sencillos consejos a tener en cuenta para cuidar el pecho.
- No someterse a largas exposiciones de sol ni rayos UVA. El sol envejece la piel, propicia la aparición de manchas y potencia las arrugas. En verano siempre hay que utilizar una crema protectora de índice alto para prevenir quemaduras e hidratar la piel.
- Aplicar en la zona del pecho una crema antiarrugas por ejemplo una a base de aceite de argán y centella asiática, que le dará firmeza. El argán reduce las estrías y previene su aparición y la centella asiática devuelve a la piel un aspecto saludable.
- No hacer dietas salvajes para disminuir bruscamente de peso. Al adelgazar y engordar, se pierden o cogen kilos en todas las partes del cuerpo, incluidos los senos. Esto hará que se distiendan los tejidos y se pierda firmeza.
- Llevar una alimentación sana y beber mucha agua. Eso mantendrá el cuerpo hidratado y mejorará el aspecto general del escote.
- Practicar un deporte que ayude a mantener el pecho firme.
Es importante conocer los cambios físicos que conlleva la menopausia en las mamas. Así podrá identificarlos como propios de la edad y no los confundirá con alguna patología. Si está a disgusto con el aspecto del pecho por el paso del tiempo, puede solicitar ayuda a un cirujano plástico. Según sus necesidades, le propondrá un aumento, una reducción o la elevación de los senos para mejorar el tamaño y la forma de su pecho.
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