La otoplastia es la operación que consiste en mejorar la forma, la posición y/o el tamaño de las orejas. El objetivo es lograr unos pabellones auditivos simétricos y armoniosos con una apariencia natural. Se trata de una sencilla intervención con excelentes resultados que hace que los pacientes se encuentren más seguros de su imagen después.
Las orejas de soplillo en la literatura, el cine y las leyendas
No faltan los cuentos y las leyendas donde sus protagonistas poseen unos grandes pabellones auditivos y sufren vejaciones por esta cuestión.
Quién no se acuerda del tierno elefante con orejotas desmesuradas del que se reían el resto de sus congéneres. Sin embargo, gracias a ese defecto, Dumbo podía hacer algo que a otros les resultaba imposible: volar.
“¡Abuelita, abuelita, qué orejas tan grandes tienes!”, decía una inocente niña vestida de rojo examinando los rasgos de quien se hallaba tendido en la cama y no acababa de reconocer como su familiar. En realidad, se trataba del malvado lobo que quería zamparse a toda costa a la pequeña Caperucita.
No hay argentino que no sepa de aquél ladrón orejudo que era continuamente capturado. Una de las veces que se encontraba recluido en la cárcel, las autoridades decidieron reducirle las orejas, pues pensaban que esa podía ser la causa de sus malas praxis. Confiaban en que le ocurriera lo mismo que a Sansón, que perdió toda su fuerza cuando le cortaron el pelo, pero en su caso, el intento fue en vano.
Por qué practicar una otoplastia
No solamente las cuestiones estéticas impulsan a una persona a pasar por el quirófano para realizarse una cirugía de orejas, existen múltiples razones:
- Una o las dos orejas están muy despegadas de la cabeza. No son demasiado estéticas las orejas “de soplillo”, pero si solo una sobresale más de la cuenta, favorece menos aún.
- Un pabellón auditivo es más voluminoso que el otro. Como todo lo que aparece en el cuerpo por pares, no se puede pretender que las orejas sean exactamente iguales. Si la diferencia de tamaño entre ambas es patente, mejor equilibrarlas.
- El lóbulo inferior es demasiado grande. La oreja armónica debe guardar unas proporciones y cuando el lóbulo es muy largo, parece de persona mayor. También puede ocurrir que alguien se lo haya dilatado a propósito para ponerse adornos y después se haya arrepentido, entonces tendrá que recurrir a la otoplastia pues le quedará un buen agujero.
- El lóbulo se encuentra rasgado. Esto sucede por un accidente, por ejemplo, cuando se engancha un pendiente y se tira de él hacia abajo.
- Existe alguna deformidad en ellas, ya sea congénita (como la oreja “contraída” o la oreja “en copa”) o provocada por una lesión posterior al nacimiento y se ha perdido total o parcialmente.
- Ausencia de oreja (microtia). Hay quienes nacen sin pabellón auditivo, en este caso, se podrá reconstruir.
Todos estos defectos pueden suponer un grave complejo a quien lo padece y justifican entrar en el quirófano para practicar una otoplastia. En los colegios los niños se burlan de aquellos que son distintos o que tienen algún rasgo poco estético y, las orejas de soplillo, son un blanco perfecto.
No hay que temer, pues esta es una de las operaciones de Cirugía Plástica más sencillas y una de las que ofrece un mayor grado de satisfacción a sus pacientes.
En qué consiste la otoplastia
La otoplastia se puede realizar a cualquier edad, siempre y cuando las orejas hayan alcanzado su tamaño definitivo, es decir, a partir de los cinco años de edad. Esta es una de las pocas operaciones que se recomiendan cuando el chico todavía es pequeño para que no sufra acoso.
Se puede realizar con anestesia local o general. En ese caso, se precisará el ingreso de una noche y se observará la evolución del paciente. Si todo va bien, se dará el alta a las 24 horas.
El procedimiento consiste practicar una incisión, bien en la parte posterior de las orejas o en los pliegues internos, para que las cicatrices queden lo más invisibles posible. Se reposiciona el cartílago doblándolo hacia atrás y debilitándolo mediante excoriaciones y/o puntos de sutura. Si es necesario, se extrae la parte sobrante de piel y de cartílago.
Cómo es el postoperatorio de la otoplastia
Los días posteriores a la operación habrá que llevar un vendaje para fijar las orejas, que después se retirará y habrá que tomar un antibiótico de forma preventiva para evitar infecciones del cartílago. Es importante seguir los consejos del cirujano, no hacer esfuerzos, ni practicar deporte unos días, además de poner cuidado al dormir.
Si no está satisfecho con la forma o posición de sus pabellones auditivos y tiene complejo, acuda a una consulta de Cirugía Plástica para que el médico le explique los detalles de la otoplastia y así pueda decidirse.
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