La cirugía plástica en menores es un tema controvertido y en el que muchas veces se frivoliza por desconocimiento.
¿Deberían los menores someterse a un examen psicológico antes de una cirugía plástica?
Esto es lo que propone la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética). En la actualidad la legislación española solo recoge la necesidad de la autorización de los padres o tutores para una intervención quirúrgica plástica y estética a menores de 18 años. Realmente no hay una normativa específica reguladora sobre este tema, lo que tenemos se reduce a una ley sobre los derechos y obligaciones de los pacientes en cuanto a la documentación e información clínica (Ley 41/2002) y a la ley 26/2015 referida a la protección a la infancia y a la adolescencia.
La SECPRE fijándose en lo que ya ha legislado la Comunidad Autónoma de Andalucía quiere que sea un especialista independiente y profesional el que dictamine sobre cada caso de cirugía plástica en menores, teniendo, eso sí, en cuenta tanto la opinión de los padres o tutores como la de los menores.
En otros países del ámbito europeo como en Alemania más que una regulación lo que se planteó (en concreto por el partido de los cristianodemócratas y el SPD) fue prohibir las cirugías estéticas a los menores de edad. Uno de los argumentos que se esgrimían para la prohibición eran las liposucciones e implantes mamarios, entre otras cirugías, que los padres ofrecen como regalo de cumpleaños a sus hijos. Este hecho que los Estados Unidos y en otros países de América sí que es más habitual, no tenemos noticias que se esté produciendo en España.
Cirugía plástica en menores – ¿un 50% de cirugías reparadoras?
Pero el debate también se centra en la discusión sobre algunas de las cirugías, en concreto sobre la otoplastia, no quedando claro si se trata de una cirugía reparadora o estética, ya que para muchos especialistas las llamadas “orejas de soplillo” causan un enorme daño psicológico en la infancia y la adolescencia y la intervención no podría considerarse en ningún caso un capricho.17
Las cifras de otoplastias realizadas en España suponen cerca del 50% de las intervenciones de cirugía plástica y estética (y reparadora) lo que en números redondos es algo menos de 500 al año.
De las otras 500 intervenciones hay también un buen número de correcciones de la nariz, en las que muchas veces se combinan rinoplastias y septoplastias, lo que quiere decir que se realiza como parte fundamental de la operación una reparación de las vías respiratorias y se aprovecha para hacer una corrección estética, en la mayoría de los casos la desviación del tabique nasal.
Los aumentos mamarios en menores están prácticamente descartados pero sin embargo sí que se contemplan cirugías de reducción para aquellas adolescentes que sufren en sus senos la llamada hipertrofia virginal o gigantomastia juvenil. Este trastorno que puede afectar a uno o ambos pechos produce un crecimiento exagerado que puede ocasionar discapacidades y por supuesto un trauma psicológico.
También los chicos que sufran de unas mamas exageradamente grandes (ginecomastia) pueden ser objeto de una intervención de cirugía plástica.
Aparte de los casos específicos citados no se suelen realizar otras intervenciones de cirugía plástica en menores, salvo los casos muy concretos de accidentes que requerirán la cirugía reparadora específica. En total estamos hablando de más o menos 975 casos anuales que representan solo el 1,5% de las aproximadamente 65.000 cirugías estéticas y reparadoras que se realizan actualmente en España en contraste por ejemplo con los Estados Unidos donde este porcentaje sube al doble, un 3%.
Cirugía plástica en menores – El papel del cirujano
Ante la inexistencia de un marco legal adecuado, el cirujano aparte de su trabajo evidente, tiene que hacer de árbitro ante la cirugía que se le plantea, debiendo valorar la madurez del menor y profundizar en las causas que le han llevado a querer esa intervención. También dejará bien claro tanto al niño como a los padres o tutores los riesgos que se pudieran producir y valorar la oportunidad de la cirugía. Por ejemplo es muy raro que antes de los 18 años se lleve a cabo un aumento mamario, cuando el cuerpo de la mujer aún no está del todo formado y no se puede saber cuáles serían sus consecuencias estéticas después de unos años. Aunque cada vez son más las jóvenes de entre 16 y 18 años que están interesadas en aumentar sus pechos no son este tipo de cirugías las que un profesional vaya a realizar salvo que exista una buena razón que ahora se nos escapa.
Como en todas las cirugías es importante, pero en estas más si cabe, que el cirujano transmita al menor cuales son las expectativas realistas de la intervención.
Por último cabe destacar la importancia de verificar la acreditación del cirujano ya que hay un intrusismo que se calcula en torno a las 9.000 personas que ejercen en España sin la titulación adecuada y que podrían evidenciar su falta de escrúpulos aceptando una cirugía plástica en menores que no debieran.