Cómo conseguir un vientre plano

Cirugía

Cómo conseguir un vientre plano es algo que nos preocupa a todos, hombres y mujeres. Es normal que durante el verano relajemos nuestras costumbres, cometamos excesos (helados, tapas, alcohol) y hagamos una vida más sedentaria de lo normal, descuidando un poco el físico. Siguiendo unos consejos podremos evitar la barriga hinchada y los michelines.

Cómo conseguir un vientre plano

Cómo conseguir un vientre plano

La grasa abdominal o barriga es lo que más cuesta quitarse una vez que se han cumplido los 40 años. Parece que todo lo que engullimos se acumula en esa zona del cuerpo. En general, el exceso de grasa en la tripa se debe a una vida sedentaria o a que se come demasiado, pero también puede haber una predisposición genética.

Haciendo ejercicio, controlando la alimentación y el estrés o aplicando cremas se podrá tener un vientre plano. Si todo esto no da resultado, se puede recurrir a la Cirugía Plástica.

Vientre plano con ejercicio

Practicar deporte es importante para mantenerse en forma y, si no es posible, hay que andar cada día al menos 20 minutos. Se ha comprobado que es bueno ejercitarse antes de desayunar porque cuando nos levantamos el metabolismo se acelera y se consumen más calorías. 

Los abdominales hipopresivos sirven para fortalecer los músculos de la tripa. Se realizan aguantando la respiración para no ejercer presión sobre el suelo pélvico. Otro ejercicio adecuado es la plancha, que consiste en colocarse en paralelo al suelo sosteniéndose por los brazos y las puntas de los pies apretando el abdomen.

Es fundamental realizar los ejercicios de forma controlada, descansando, sin hacerse daño y, si se es constante, el esfuerzo se notará.

Vientre plano y alimentación

No solo hay que cuidar la dieta, sino aprender a comer bien. Estas son las claves para que la comida no nos engorde más de la cuenta:

  • Masticar despacio. Se saborea más y se “educa” al estómago a ingerir solo lo que se necesita. Al comer rápido llega más tarde al cerebro el mensaje de saciedad y hace consumir más calorías al día (hasta 200).
  • Comer menos. Usar platos más pequeños para que las raciones sean menores, lo ideal es que sean del tamaño de un puño.
  • Evitar alimentos como la sal (que retiene líquidos), los dulces, la bollería, los embutidos, los fritos y los carbohidratos que fermentan como el pan, la pasta o las patatas (que engordan). 
  • Consumir probióticos como los yogures. Ayudan a mejorar las digestiones y contribuyen a regenerar la flora intestinal.
  • Consumir prebióticos como el ajo, los espárragos, las espinacas, la alcachofa, la cebolla, el plátano, la endibia, el puerro, la remolacha y la miel. Estos complementan a los probióticos porque sirven de alimento a esas bacterias beneficiosas y estimulan su actividad.
  • Las frutas son imprescindibles para una dieta equilibrada. Hay que tomar las que llevan menos azúcar, como la sandía.
  • El aceite de oliva y el aguacate, aunque son calóricos, tienen un efecto saciante y contribuyen a perder grasa abdominal.
  • Los cereales integrales, los frutos rojos y los pescados azules controlan la sensación de hambre y la grasa almacenada tras las comidas.
  • Beber infusiones de menta o de jengibre y canela que ayudan a una buena digestión. El té verde posee propiedades adelgazantes por sus antioxidantes que queman grasas más rápidamente y libera una hormona que inhibe el apetito.
  • La cafeína ayuda a adelgazar. De hecho, es un componente de las cremas reductoras. Se encuentra no solo en el café, sino también en el té, el chocolate y la guaraná.   

Vientre plano evitando el estrés

Está demostrado que las emociones negativas hinchan el estómago. El cuerpo humano tiene un “segundo cerebro” que se encuentra en el intestino. Patologías como la depresión, la ansiedad, las úlceras o el colon irritable están estrechamente relacionadas entre el cerebro y el intestino. Esto explica que, a veces, ante un examen o una reunión importante se tenga diarrea.

Cuando se está nervioso, el cuerpo segrega la hormona del estrés llamada cortisol. Esta hace que el cuerpo genere energía, aumentando los niveles de azúcar y favorece la acumulación de grasa en el abdomen. Según estudios, las personas optimistas tienen menos concentración de cortisol que las negativas.

Vientre plano usando cremas

Las cremas a base de cafeína y carnitina son perfectas para reducir esa barriguilla que nos incomoda. Si además de grasa se tiene flacidez, hay que usar reafirmantes como el silicio, la centella y el retinol. Para la grasa localizada unida a la retención de líquidos, es mejor utilizar cremas con activos que mejoren la microcirculación como el ginseng y drenantes como el equiseto y la hiedra.   

Es importante ser constante con las cremas reductoras. Además, es bueno aplicarlas con un masaje circular porque penetran más sus activos, se mejora el drenaje linfático y se eliminan toxinas. También son interesantes las cremas con efecto calor porque ayudan a romper los nódulos de grasa y estimulan la circulación sanguínea, que es la encargada de drenar los lípidos acumulados.

Hay que tener en cuenta que las cremas actúan mejor entre las 6:00 y las 8:00 am. porque las hormonas “vacían” las células grasas para afrontar las necesidades diarias de energía del cuerpo.

Vientre plano con la Cirugía Plástica

La Cirugía Plástica puede aplanar el vientre mediante una operación llamada abdominoplastia. Con ella, se elimina la grasa del abdomen, la piel sobrante y se tensan los músculos de la pared abdominal. 

La diferencia con la liposucción abdominal es que esta solo extrae grasa, mientras que la abdominoplastia remodela la figura y corrige las alteraciones que ha sufrido el cuerpo a consecuencia de los embarazos, los cambios de peso o por el paso del tiempo. Una cintura recta no se puede convertir en una “de avispa” solo practicando ejercicio ni con un tratamiento estético, hace falta la mano de un “médico escultor”.

Si desea un vientre plano como una tabla consulte con un cirujano plástico quien le podrá ayudar a tener una figura ideal.

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