Experiencias. La rinoplastia

Cirugía, Estética, Nariz

La nariz es uno de los rasgos de la cara que más se ven, ya que es lo que más sobresale. Cuando es bonita y proporcionada no llama la atención, pero cuando es superlativa o tiene algún defecto, parece que todas las miradas se desvían hacia ella. Muchas personas sienten un gran complejo cuando su apéndice nasal no les satisface y, por ello, deciden someterse a una rinoplastia, la operación que corrige o embellece la nariz.

Experiencias. La rinoplastia

La rinoplastia

Esta intervención quirúrgica consiste en solucionar los problemas estéticos de la nariz que pueden ser de distintas índoles. Elimina la giba ósea o caballete, las desviaciones, arregla las malformaciones congénitas, modifica su tamaño (lo aumenta o lo disminuye), cambia la forma de la punta o estrecha los orificios nasales. Ante todo, con esta cirugía se busca la armonía facial y que no parezcan “narices operadas”.

Como en todo, las “napias” también son cuestión de gustos. En Occidente se suele desear un apéndice nasal pequeño, pero en otras culturas donde sus naricitas parecen un botón, les encantaría que fuera bien prominente y muchos solicitan incrementarlo.

La rinoplastia. Procedimiento

Esta operación se suele llevar a cabo con anestesia local, pero en algunas ocasiones se pone la total. Existen dos básicamente procedimientos:

  • La cirugía cerrada. Esta se realiza en casos poco complicados donde no es necesario modificar el andamiaje cartilaginoso ni tocar los huesos, por ejemplo, cuando se quiere estrechar la punta de nariz. Las incisiones se realizan en el interior y pasan inadvertidas.
  • La cirugía abierta. Este procedimiento, sin embargo, está indicado para los casos más complejos, como los que precisan injertos de cartílagos o levantar el andamiaje cartilaginoso. Las cicatrices que quedan son casi imperceptibles.

Resultados de la rinoplastia

La rinoplastia, junto con la mamoplastia de aumento, es una de las operaciones de Cirugía Plástica más populares, pues los resultados son muy visibles y hacen alcanzar un alto grado de satisfacción a sus pacientes. El cambio suele ser muy notable y con ella se mejora la armonía del rostro de la persona.

Sin embargo, puede haber casos en que la cirugía no haya sido realizada por un buen profesional y se hayan producido algunos desastres. Por todos es conocido el caso del cantante Michael Jackson que insistió hasta la saciedad en afinarse la nariz y se le caía constantemente.

Ahí entra también la ética del médico, que podrá negarse a realizar una operación con la que no esté de acuerdo y entrañe riesgos para el paciente. Además, este tipo de intervenciones no le aportan nada al profesional pues conlleva un desprestigio que hará que su cuenta de clientes disminuya.

Experiencias. La rinoplastia

Muchos son los que se han sometido a una operación de rinoplastia y nos han explicado su satisfacción. Conocemos algunos de estos testimonios:

  • Chica de 18 años. Menos mal que hice caso a mi madre, fue ella quien me sugirió que me operara la nariz. No es que fuera demasiado grande, pero tenía una especie de joroba que la afeaba mucho. Cuando salí del quirófano, el médico me aconsejó que me cambiara el color del pelo para que cuando me vieran los demás notaran algún cambio, pero no supieran exactamente de dónde venía.
  • Mujer de 50 años. No sé cómo he podido tener esa nariz tan descomunal hasta ahora. Estoy supercontenta de haberme decidido a hacerme la rinoplastia y lamento haber tardado tanto. ¡Me veo muy bien así!
  • Chico de 26 años. Mi vida era un suplicio hasta que decidí entrar en el quirófano para quitarme esa nariz tan enorme. Desde pequeño se reían de mi en el colegio, no os podéis imaginar el horror que era llevar esa narizota, la cantidad de insultos que he tenido que soportar… Ahora me encuentro tan bien que me apetece salir a conocer gente, cosa de la que antes no me sentía capaz.
  • Hombre de 55 años. Cuando era jovencillo me operé de la nariz porque nací con una malformación. Los médicos supieron arreglarlo y estoy realmente satisfecho.
  • Joven de 35 años.  En mi caso, el hecho de operarme de la nariz no se trataba tanto de una cuestión estética como funcional. No podía respirar bien porque tenía el tabique desviado. ¡Respiro bien, es todo un milagro!
  • Mujer de 45 años. Me ha costado mucho admitir que podía hacer uso de la Cirugía Plástica, pero llegó un momento en que me di cuanta de que tenía un grandísimo complejo con la nariz con la que había nacido. Después de pensármelo mucho, mucho, mucho, me decidí por la rinoplastia y reconozco que soy otra persona, no solo más guapa, sino más abierta.

Si no se encuentra bien con la forma o el tamaño de su nariz o tiene algún problema congénito, consulte con un cirujano plástico para que le explique lo que puede hacer para corregirlo.

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