La belleza

Estética

La belleza es, sin duda, uno de los temas universales por los que siempre se ha preocupado el ser humano. Se ha tratado desde todos los ángulos posibles: el arte, la filosofía, la psicología o la sociología. No hay ninguna receta exacta para determinar lo que es bello o lo que no, pero la estética, sea como sea, está eternamente de moda.

La belleza

El concepto de belleza

Se puede definir la belleza como la cualidad que tiene una persona, un animal o un objeto para provocar sensación de placer al contemplarlo. La belleza se suele identificar con la armonía y el equilibrio y esto se puede trasladar a todos los campos. Un rostro o un cuerpo poco simétricos y proporcionados no resultan atractivos, al igual que un edificio mal construido o una música estridente resultan desagradables.

En realidad, la belleza es una noción abstracta que depende de la percepción de cada persona. Lo que para unos es bonito para otros no lo es. Este concepto es uno de los más discutibles. Un claro ejemplo es el arte abstracto, que a muchos no les dice nada, pero a otros les parece sublime. Con el aspecto físico ocurre algo similar, hay quienes prefieren ser delgados y a otros les parece que es mejor estar entrado en carnes.

Tradicionalmente, la belleza se ha asociado con lo bueno, el bien y la fealdad con el mal. Las brujas son representadas con rasgos poco agraciados y un cuerpo deforme, mientras que las princesas de cuento son bonitas y estilosas.

La belleza a lo largo de la historia

Los cánones de belleza han ido variando según el momento histórico, el lugar y la cultura. Esto queda reflejado a través de las pinturas y las esculturas que se pueden disfrutar en los museos. Al igual que el peinado y la ropa van cambiando según la época, el gusto por los cuerpos más o menos voluminosos también.

Los escultores clásicos se encargaban de enseñar rostros y cuerpos perfectamente proporcionados como el Discóbolo de Mirón. Artistas modernos como Botero exhiben personas “más que gordas” o Giacometti personajes con una delgadez extrema. En el campo de la pintura se percibe igualmente el signo de los tiempos. Rubens representa sin pudor la celulitis de Las tres gracias bien pasadas de peso, mientras las modelos de Modigliani suelen ser lánguidas y delgadas.

En el año 1959 nació, Barbie, una muñeca “perfecta”, alta, delgada, rubia, con ojos azules con un novio igual de perfecto. Resultó ser todo un icono para las niñas y muchas jóvenes de esa generación deseaban hacerse con una y ansiaban ser como ella. Años más tarde, la empresa decidió variar sus proporciones para acercarse al mundo real. Había Barbies bajas, altas, delgadas, anchas de caderas, con rasgos occidentales o no, con el objeto de ampliar el mercado a niñas de otras razas.

En la pasarela también se han ido notando los cambios de gusto. En los años 20 del siglo pasado se estilaban las mujeres delgadas, en los 60 -con Marilyn Monroe y Brigitte Bardot en boga- se aceptaban más rellenitas y, a finales del siglo XX, se llevaban las extra delgadas. Actualmente, se está intentando que no desfilen modelos con tallas inferiores a la 38 porque esto ha llevado a muchas adolescentes a querer imitarlas y han enfermado de anorexia.

En busca de la belleza

Lo ideal sería haber nacido con un cuerpo y una cara que nos agraden, pero si esto no es así, existe la posibilidad de corregirlo en el quirófano. Unos pechos descolgados, unas piernas llenas de celulitis o una nariz demasiado grande pueden arruinar nuestra imagen y, de paso, hacernos perder la confianza en nosotras mismas.

Antes parecía que someterse a una operación de Cirugía Plástica era una cosa exclusiva de personas adineradas e, incluso, una frivolidad. Actualmente, cuidarse se considera una cualidad. Gracias a los avances médicos se pueden tratar casi todos los defectos físicos. Solo hay que buscar una clínica segura con un médico experimentado que haya realizado la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en Medicina.

Las operaciones de Cirugía Plástica ayudan a solucionar problemas de distintas índoles. Unos son de nacimiento, otros de crecimiento y otros adquiridos por una enfermedad o un accidente.

A unos senos pequeños se les puede dar el tamaño adecuado mediante una mamoplastia de aumento. Los que son excesivamente grandes se pueden normalizar con una mamoplastia de reducción. El exceso de grasa se elimina con la liposucción. Una nariz grande se corrige con una rinoplastia. Las bolsas debajo de los ojos se eliminan mediante una blefaroplastia y unas orejas despegadas con una otoplastia.

Prácticamente todo tiene solución, solo hay que ir a por ello. Como en todo en la vida, lo correcto está en encontrar su punto justo y, lo más importante, contar la profesionalidad de un buen cirujano plástico.

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