Hay que tener presente que entrar en el quirófano siempre supone un riesgo y, será mayor o menor, dependiendo del alcance de la operación. Por eso, cuando uno decide recurrir a la Cirugía Plástica, debe estar bien seguro en manos de quién se va a poner, tiene que seguir sus consejos y confiar en el buen hacer del médico.
La Cirugía Plástica no es una broma
Todos hemos oído alguna vez que una intervención de Cirugía Plástica no ha dado el resultado esperado o que se han tenido problemas derivados de la operación. Pero esto no es lo normal, si el médico tiene la titulación necesaria, suficiente experiencia y cuenta con una clínica perfectamente equipada tanto desde el punto de vista sanitario como del personal sociosanitario, no hay nada que temer.
Algunas personas por querer ahorrar dinero en este tipo de intervenciones han optado por ofertas o han elegido “falsos cirujanos plásticos”. Algunos de ellos no han realizado la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora tras la carrera de Medicina e, incluso, ni siquiera médicos y las operaciones han sido un absoluto fracaso. Todo esto conlleva problemas tanto dentro del quirófano como fuera y a veces pueden resultar muy graves.
La Cirugía Plástica convertida en adicción
Hay quienes han convertido las operaciones de Cirugía Plástica y Estética en una especie de adicción, sin tener en cuenta que con la anestesia se corre un cierto peligro. Habitualmente no ocurre nada, pero por algo se exige al paciente firmar un consentimiento informado donde se le narran todas las posibles complicaciones derivadas de la operación para eximir de toda responsabilidad al médico y al hospital.
Se conocen casos de personas que se han operado recurrentemente, hasta un centenar de veces, sin encontrar el grado de satisfacción buscado. Con ello, solo han debilitado tanto la zona intervenida que ya poco se puede hacer. Este es el caso de Michael Jackson que se retocó una y otra vez la nariz hasta que la tuvo totalmente caída. Es muy importante tener en cuenta la opinión de los profesionales para seguir insistiendo en mejorar o no.
Cómo elegir un buen cirujano plástico
A la hora de elegir un buen cirujano plástico se deben tener en cuenta los siguientes factores:
- Averiguar si el médico se ha especializado en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Existen dentistas, médicos con otro tipo de MIR e, incluso, no titulados en Medicina que se han apuntado al carro de la Plástica y han hecho verdaderos desastres a sus pacientes. Para todo hay que saber…
- Es importante conocer la experiencia del cirujano plástico. Se debe entrar en foros para ver las valoraciones que los pacientes han hecho de cada médico. Uno primerizo no podrá resolver de la misma manera las operaciones que uno veterano. En determinadas ocasiones, surgen imprevistos en el quirófano y si no se dispone de suficiente experiencia no los afrontarán de la misma manera uno y otro.
- Tener en cuenta el lugar donde se va a realizar la operación. Si la clínica no está perfectamente equipada y el personal sanitario no es de confianza, más vale irse a otro sitio porque seguro que la intervención saldrá mal. Se han dado casos de personas que operaban en sus garajes o en sus pisos y no contaban con las suficientes medidas sanitarias, provocando graves daños a sus pacientes. Es de resaltar, aquellos impostores que inyectaban silicona industrial en lugar de la médica, siendo eso es muy peligroso.
- Conocer la trayectoria del médico y su formación continua. Un cirujano plástico que participa en congresos y encuentros con otros profesionales para mejorar y aprender nuevas técnicas siempre ofrecerá más garantías que aquél que no se recicla ni comparte conocimientos con sus colegas.
- Confiar en la ética del médico. Si el cirujano plástico parece que se mueve más por el dinero que por el buen hacer en su profesión, habrá que sospechar de él. Es de valorar cuando un paciente propone al médico una operación absurda o arriesgada y este se niega a hacerla. Ante todo, es su obligación intentar asegurar un resultado físico satisfactorio a la vez que velar por la salud del paciente. Por ejemplo, si alguna mujer pide una talla XXL de pecho en una complexión que nada se ajusta a su cuerpo, el médico estará en su perfecto derecho a negarse a realizar esa mamoplastia de aumento. También a puede renunciar a cirugías extremas (personas que desean transformarse en personajes de cómic, ponerse orejas, ojos en lugares extraños, etc.).
Si usted está barajando la posibilidad de hacerse algún retoque físico en el quirófano, tenga en cuenta todas estas cosas que hemos detallado arriba para tomar la decisión. Es interesante contrastar opiniones y ver diferentes soluciones. Un buen médico siempre dará con la mejor opción para su paciente.
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