La Cirugía Plástica y los nombres de animal

Cirugía, Estética

Incluir nombres de animal a ciertas patologías o defectos estéticos en la Medicina y en la Cirugía Plástica no es nada extraño. Enfermedades como las piernas de elefante o la piel de mariposa ayudan a definir de una forma rápida y precisa ante qué problema nos encontramos. Sin ir más lejos, la palabra alopecia proviene del griego, que significa zorro, porque se observó que a estos animales se les caía el pelo dos veces al año sin saber por entonces que era su muda natural.

La Cirugía Plástica y los nombres de animal

La Cirugía Plástica y los nombres de animal

Veamos algunos ejemplos de nombres de animal aplicados en la Cirugía Plástica y cómo se solucionan los problemas que comporta.

Patas de gallo

Las patas de gallo son las arrugas que surgen en la parte externa de los ojos como consecuencia de la contracción del músculo orbicular. Aunque aparecen conforme avanza la edad también pueden ser de origen genético o formarse por movimientos faciales repetitivos como sonreír o entrecerrar los ojos. Estas últimas serían las denominadas arrugas dinámicas o de expresión.

Para intentar retrasar la aparición de las patas de gallo se pueden realizar algunos ejercicios de gimnasia periocular así como aplicar cremas que las atenúen. Es fundamental evitar las exposiciones largas al sol, abandonar el tabaco, beber mucha agua y llevar una dieta equilibrada.

Si todo esto no fuera suficiente, se puede probar con tratamientos dermatológicos como el bótox y los rellenos de ácido hialurónico. Otra opción es someterse a una blefaroplastia, intervención en la que se estira por completo el contorno de los ojos, extirpando la piel sobrante de los párpados y, a su vez, eliminando las patas de gallo.

Mejillas de bulldog

Con el paso del tiempo la actividad celular de la piel y la microcirculación sanguínea se ralentizan, las capas de la piel se hacen más finas, disminuye el colágeno y se pierde tonicidad. Esto provoca una flacidez general en el rostro, las mejillas dejan de estar firmes y los tejidos descienden.

Lo que se conoce como triángulo de la belleza, que va desde las mejillas pasando por la nariz hasta el mentón, con los años se invierte y se originan las mejillas de bulldog. Son llamadas así por su evidente parecido a la cara de esta raza de perro.

Para elevar esas mejillas caídas se puede optar por mascarillas y masajes, someterse a algún tratamiento estético o, cuando el problema ya no sea moderado, pasar por el quirófano para dotar de la firmeza que le falta al rostro.

Cuello de gallo

Se denomina cuello de gallo a aquél que presenta unas marcadas cuerdas verticales desde la barbilla hasta la clavícula. Son las bandas platismales que se van acentuando con el envejecimiento por la pérdida de elasticidad del músculo platisma.

Pare deshacerse de estos pliegues verticales tan antiestéticos no será necesario realizar un lifting total de cuello sino retocar únicamente el músculo platisma. La intervención consiste en practicar una pequeña incisión debajo del mentón y estirar los músculos en la parte superior del cuello. Con esto se consigue redefinir la línea mandibular y devolver la juventud al cuello.

Brazos de murciélago

A medida que pasan los años todo el cuerpo va perdiendo firmeza, incluidos los brazos. Quedan fofos y con el tejido colgante a la altura del tríceps, originando los brazos de murciélago. Este es uno de los signos que más denotan el envejecimiento.

Las alas de murciélago surgen por:

  • Una falta de tono en el músculo. Para retonificarlo se recomienda ejercitar el tríceps.
  • Una flacidez en los tejidos y la piel. Se pueden aplicar tratamientos estéticos de radiofrecuencia, infiltraciones de ácido poliláctico o sesiones de mesoterapia.
  • Un exceso de grasa en la zona. En ese caso, el ejercicio no será suficiente y habrá que someterse a una liposucción de brazos con su consiguiente extirpación de la piel sobrante.

Pecho de paloma

El pectus carinatum, conocido como pecho de paloma, es una deformidad de la caja torácica en la que el pecho sobresale en forma de quilla de barco. Es menos frecuente que el pectus excavatum o pecho hundido donde el esternón se deprime por una anormalidad en el desarrollo de la pared costal. Ambos casos conllevan grandes secuelas psicológicas para el que los padece. Generalmente, se trata de un defecto estético, aunque también puede estar asociado a alguna enfermedad genética.

Una de las soluciones para corregir el pecho de paloma es colocar un corsé que, mediante un medidor de presión, va revirtiendo la deformidad poco a poco.

Si se precisa cirugía es porque hay que reconstruir la forma del esternón. Para ello, habrá que realizar dos incisiones de 2 cm a cada lado del tórax y extraer el cartílago dañado. Entonces, se colocará una barra curva de acero en la pared torácica para sostenerla en la posición adecuada. Los niños deben llevar esta barra durante 2 años, los adolescentes 2 años y medio y los adultos 3 años.

Si padece alguno de los problemas anteriormente descritos, no dude en ponerse en contacto con un cirujano plástico y estético para que le ayude a resolverlos.

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