La rinoplastia, la septoplastia y la rinoseptoplastia son tres intervenciones que modifican el aspecto y/o la funcionalidad de la nariz. En algunas ocasiones las personas no se sienten a gusto con su apéndice nasal, pero otras veces no se trata solo de un tema estético, sino que es una cuestión de salud. En cualquiera de estas situaciones habrá que acudir a la consulta de un cirujano plástico para que aconseje lo mejor.
La importancia de la nariz en la cara
La nariz, por su carácter prominente, es uno de los rasgos faciales más visibles y que más definen la identidad de cada individuo. En general, si es proporcionada, el rostro guardará una gran armonía, aunque algunas personas resultan atractivas aun teniendo una buena narizota.
Hay quienes no dan ninguna importancia a su apéndice nasal, pero a los que no están conformes son él, les provoca complejo e, incluso, les impide relacionarse con naturalidad. Ante estos casos, lo mejor es recurrir a la Cirugía Plástica para dar a la nariz la forma y el tamaño adecuados.
La estructura de la nariz
La nariz es el órgano que corresponde al sentido del olfato y el principal lugar por donde entra y sale el aire de los pulmones. Por ello, es importante que funcione correctamente. La estructura superior y de soporte de la nariz es de hueso y la parte inferior de cartílago. Su interior se encuentra dividido por el tabique nasal en dos cavidades.
El tabique o septum nasale puede tener diferentes tamaños y proyecciones. Los hay más o menos sobresalientes, rectos o torcidos, curvados hacia fuera o hacia adentro, pequeños o grandes… Aunque no en todas las partes del mundo se entiende la belleza de la misma manera. En Occidente suelen gustar las narices discretas, mientras que en Oriente envidian las magnas. Lo importante es que cada uno se sienta bien con los rasgos físicos que le han tocado.
Diferencias entre la rinoplastia, la septoplastia y la rinoseptoplastia
Dado que el objetivo a conseguir es distinto, existen tres tipos de cirugías de nariz:
- La rinoplastia: modifica el aspecto de la nariz para obtener un mejor resultado estético (y, a veces, funcional). Este es el caso de los apéndices nasales con caballete, demasiado anchos o con una punta muy gruesa.
- La septoplastia: solo se toca el tabique nasal por problemas de respiración, sin cambiar la apariencia externa y así optimizar la calidad de vida del paciente.
- La rinoseptoplastia: como indica el nombre, esta intervención combina las dos anteriormente descritas. Es decir, a la vez que se modifica el tabique para respirar mejor, se cambia el aspecto de la nariz.
En qué consisten las operaciones de rinoplastia, septoplastia y rinoseptoplastia
En la rinoplastia se da la forma deseada a los huesos y a los cartílagos de la nariz. No es necesario retocar la piel por fuera ya que se adapta perfectamente a su nueva fisonomía. Esta cirugía no deja cicatrices porque todas las incisiones en el interior de la nariz se realizan a través de las fosas nasales. En caso de que haya que practicar un corte exterior en la base de la nariz, quedará una pequeña cicatriz que con el tiempo irá desapareciendo.
El procedimiento quirúrgico de la septoplastia consiste en enderezar el hueso y el cartílago que divide el espacio entre las dos fosas nasales. Cuando este tabique se encuentra desviado hay que recolocarlo en la mitad de la nariz. El cirujano cortará y extraerá porciones del mismo antes de insertarlas en su ubicación definitiva.
La rinoseptoplastia se puede practicar con una técnica cerrada o abierta según los cambios anatómicos a realizar. Cuando la desviación es leve, el tabique se modela a ambos lados para corregir las curvas. Sin embargo, si la desviación es importante y no es posible enderezar fácilmente el tabique se extirpan los fragmentos desviados y se colocan como injertos. Dado que el paciente entra en el quirófano, se podrá aprovechar para hacer las mejoras estéticas pertinentes.
El postoperatorio de la rinoplastia, la septoplastia y la rinoseptoplastia
Al igual que tras cualquier intervención, es necesario seguir unas cuantas indicaciones en el postoperatorio para que la recuperación sea óptima. El médico programará revisiones periódicas y supervisará la evolución de cada paciente. Si no surgen complicaciones, enseguida se podrá ver el resultado final.
A las 24 horas de la rinoplastia, la cara se presenta hinchada, con hematomas en la zona de los ojos y obstrucción nasal. Estos síntomas son completamente normales y poco a poco irán desapareciendo. Es imprescindible guardar reposo y tener la cabeza elevada el primer día después de la operación. Habrá que esperar entre 2 y 4 semanas para disfrutar del nuevo aspecto.
A diferencia de la rinoplastia, la septoplastia y la rinoseptoplastia exigen el uso de taponamientos dentro de la nariz para evitar el sangrado y que la curación del tabique sea correcta y rápida. Dependiendo del caso, esas férulas internas pueden retirarse a las 48 horas o durante la primera semana. En poco tiempo, la persona notará que respira correctamente y si, de paso, le han hecho alguna mejora estética, se verá con una nariz renovada.
Si el aspecto de su nariz no le satisface o no respira bien, consulte con un cirujano plástico para que le ayude a resolver su problema.
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