Las granjas de engorde femenino en África

Estética

Las granjas de engorde en África son una de las tradiciones que aún persisten en países como Mauritania, el Sur de Marruecos o el Sáhara Occidental. Esta costumbre se denomina Leblouh y consiste en atiborrar de alimentos a las niñas para que ganen peso. Se piensa que si no son lo suficientemente obesas no encontrarán marido. La insana gordura de estas chicas es la dote de sus futuros pretendientes. Es la única forma de acceder al matrimonio sin tener nada material que ofrecer.

En Occidente el Leblouh se ve como una aberración. Supone una agresión al cuerpo de las niñas, maltrato físico y psíquico y una buena dosis de machismo. Además, aquí cuidamos mucho nuestro cuerpo, no queremos tener un gramo de más. Para nosotros ser gorda equivale a fealdad. Sin embargo, el tema del peso también es una cuestión cultural. En países como Afganistán, Nauru, Tahití o Sudáfrica la obesidad es un signo de belleza.

Granjas de engorde en África

La gordura en Mauritania

En Mauritania, las mujeres gordas son bellas, ricas, fértiles y se las acepta socialmente. A las delgadas se las considera inferiores e, incluso, una vergüenza para sus familias. Dicen que “el tamaño de una mujer es proporcional a la cantidad de espacio que ocupa en el corazón de su marido”.

Pero no solo es cuestión de estética. Los hombres las prefieren rollizas porque les da estatus social. La gordura representa opulencia, riqueza y abundancia. Cuando la comida escasea, el ideal de belleza cambia y se fija en las personas gruesas. Tener hijas obesas en Mauritania significa que el padre posee dinero suficiente para alimentarlas y que ellas no se verán obligadas a trabajar.

El Leblouh, ¿una tradición?

Las granjas de engorde son una herencia cultural de tribus patriarcales de África como Malí o Nigeria. No es exclusiva del continente africano, también se realiza en sociedades de Oceanía. Se da con más frecuencia entre familias que viven en el campo. El 75% de las menores de zonas rurales de Mauritania sufren esta tortura, mientras que en la ciudad solo se ha contabilizado un 7%. Esta práctica está ligada a los matrimonios precoces.

El Leblouh se estaba erradicando hasta que la Junta Militar se hizo con el poder tras el Golpe de Estado del 2008. El gobierno mauritano, de claro carácter conservador y que no ha sido legitimado por casi ningún país del mundo, ha recuperado esta tradición.

Organizaciones como UNICEF, Human Rights Watch o AFCF (Asociación de Mujeres Cabeza de Familia) están trabajando para eliminar esta tradición. National Geographic ha realizado un documental donde denuncia esta tradición.

Las granjas de engorde en África

Según la tradición Leblouh, a las niñas desde los 5 años las obligan a comer para que ganen kilos. Los padres encierran a sus hijas en granjas de engorde durante las vacaciones escolares o en época de lluvias, cuando el campo es fértil y las camellas generan más leche. Ellas no entienden por qué tienen que salir de sus casas, pero las convencen de que la grasa les proporcionará felicidad.

Las alimentan a la fuerza las “engordadoras”, las mujeres mayores de la tribu. Les preparan dietas muy grasas para que alcancen rápidamente el sobrepeso. Incluso les hacen tomar su propio vómito si rechazan la comida. Ingieren más de 20.000 calorías al día, lo que supera 10 veces lo recomendado. No les permiten moverse más que para la higiene personal y así no queman grasas. Les dan leche de camello espesada con mijo o mantequilla, carne de cordero muy grasa, cuscús o dátiles hasta hartarlas.

Si se niegan a comer, las viejas les aprietan los dedos de las manos y los pies con unas pinzas y, a veces, se los quiebran. Mientras las niñas se distraen con el dolor, las madres aprovechan para cebarlas. También les ruedan palos sobre sus muslos para que se les rompan los tejidos y aceleren el proceso de engorde.
Con el Leblouh, Mauritania es uno de los pocos países africanos en los que las niñas reciben más alimentos que los niños.

Peligrosa alimentación en las granjas de engorde

Con el nuevo despunte de esta tradición se están imponiendo procedimientos de engorde poco ortodoxos. Obligan a las niñas a comer productos químicos como hormonas para el ganado, la píldora del día después o medicamentos que aumentan el apetito. Todos ellos provocan graves efectos secundarios. Algunas niñas mueren de pancreatitis aguda o ahogadas con su propio vómito, tienen problemas cardiovasculares e hinchazón del cuerpo de manera antinatural, complicaciones gástricas, etc. Además, estos productos son importados ilegalmente en el mercado mauritano.

Otra consecuencia de esta dieta son las estrías que provocan en la piel. Pero las guardianas de estas granjas de alimentación forzosa las convencen de que son como “joyas para la mujer” y el exceso de grasa en la cintura, un orgullo.

Las niñas alcanzan los 80 o 100 kilos

Las engordadoras estiman que el peso ideal para una niña de 12 años son los 80 kilos. Algunas de ellas llegan a alcanzar los 100 kg, algo impensable en nuestra sociedad. En Mauritania, un tercio de las mujeres de 40 años tiene sobrepeso y otro tercio sufre de obesidad,
Es cierto que la OMS está hablando del problema de la obesidad en el mundo. En EEUU son archiconocidas sus comidas XXL, en México se estima que el 90% de la población tendrá sobrepeso en el año 2020 y en Europa se habla de una ”epidemia de obesidad” para el 2030.

El Leblouh es una absoluta barbaridad porque desequilibra el normal crecimiento de las niñas. El único objetivo es prepararlas para gustar a los hombres y satisfacer las ansias de opulencia del marido. Es lamentable que mujeres que lo han sufrido cuando niñas, lo repitan con sus propias hijas porque lo manda la tradición. Esperamos que en poco tiempo se erradique esta práctica. Hay que encontrar un equilibrio entre la obsesión por estar delgada llegando a la anorexia y las granjas de engorde. Lo primero es la salud.

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