Con la mayoría de las técnicas quirúrgicas que empleamos, una mujer puede quedarse embarazada y dar de mamar a su hijo, a pesar de habérsele realizado una mamoplastia de reducción de pechos. No obstante, en los casos de reducciones grandes, puede ser necesario recurrir a otras técnicas quirúrgicas que modifican la función de la mama e impiden la lactancia definitivamente.
¿En que casos una reducción de pechos impedirá la lactancia?
Para comprender en que grado afectará una intervención de reducción mamaria a la lactancia lo mejor es que expliquemos brevemente como funciona la lactancia:
- La leche es producida en unas pequeñas estructuras tubulares huecas llamadas alvéolos que están recubiertas por células epiteliales. Los alvéolos se agrupan en lóbulos que podemos verlos como los grandes depósitos de la leche producida.
- Cada lóbulo se conecta con el pezón por un conducto llamado ducto lactífero con una estructura intermedia que es el seno del ducto lactífero por donde pasará la leche. El pezón tiene unos pequeños orificios por donde pasará la leche al bebe.
- Rodeando el pezón se encuentra una zona oscura que es la areola, cuya principal misión es la de segregar unas hormonas perfumadas llamadas feromonas que harán que el bebe pueda reconocer a su madre y distinguirla de las otras mujeres. La producción de la leche dependerá de los niveles hormonales de la madre y de la extracción de la misma, de forma que cuanta más leche se extraiga más leche se producirá.
Visto el sistema por el cual se produce la función de la lactancia comprenderemos en que medida puede ser o no afectada esta función por una reducción mamaria.
Para recolocar el complejo areola-pezón en una posición más elevada, es necesario separarlo parcialmente del tejido mamario que lo rodea, dejando únicamente un puente o pedículo de tejido para proporcionarle el riego sanguíneo y la inervación. El grado de separación necesario, depende del tamaño de la mama y del grado de ptosis que esta tenga. Esta separación de los tejidos es la que provoca la pérdida de sensibilidad y la incapacidad para la lactancia, que pueden ser mínimas o inexistentes en casos leves, pero prácticamente totales, en los casos de mamas muy grandes o muy caídas.
Así pues el cirujano valorará con la paciente si sería más adecuado posponer una intervención de reducción mamaria para después de un embarazo.