Es imprescindible encontrar un buen cirujano plástico antes de decidirse a entrar en el quirófano. Toda operación, sea cual sea, si requiere ingreso hospitalario, anestesia y postoperatorio, entraña algún riesgo. Aunque normalmente no hay problemas, lo óptimo es buscar un médico que nos ofrezca el máximo de garantías para evitar sorpresas desagradables.

Factores a tener en cuenta a la hora de encontrar un buen cirujano plástico

Cuando estamos contemplando la posibilidad de cambiar algún rasgo de nuestra cara o de nuestro cuerpo habrá que acudir a la consulta de un cirujano plástico para que nos aconseje lo más apropiado. A la hora de decidirse por un profesional u otro es fundamental tener en cuenta las siguientes cuestiones:

• Averiguar si el cirujano tiene el título adecuado para ejercer. Hay que asegurarse de que el médico ha realizado la especialización en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Se puede comprobar la formación del doctor en el listado que ofrece en su web la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética). Especialidades en Medicina hay muchas, pues es una ciencia muy amplia. Como es natural, un neurólogo no puede tener los mismos conocimientos que un traumatólogo, que un cardiólogo o que un cirujano plástico. Son áreas distintas que hay que estudiar en profundidad. Es imposible que ningún médico sepa de todo, cada uno se prepara en su rama.
• Conocer el lugar donde el médico practica la intervención. Un profesional serio no opera en un piso, en un garaje o en su vivienda particular. Solo se puede confiar en aquellas clínicas u hospitales que tengan la certificación y los medios adecuados para atender cualquier complicación que surja. Se debe huir de las operaciones low-cost, que cuentan con falsos cirujanos plásticos, técnicas y productos de lo más dudosos. Algunos han suministrado inyecciones o rellenos peligrosos para el organismo humano, llegando a arriesgar la vida del paciente. Lamentablemente, se conocen casos en que estos impostores han causado la muerte a unos incautos que han confiado en ellos.
• Asegurarse de que el médico cuenta con personal cualificado para el postoperatorio. Tras la intervención, la evolución del paciente debe ser controlada por el mismo cirujano plástico o por el personal que él haya designado. No solo es importante que la operación haya sido realizada correctamente, sino que después se deben seguir unas pautas para que todo culmine bien. Dependiendo del tipo de cirugía, el postoperatorio puede ser más o menos largo. En general, las intervenciones semejantes originan la misma casuística y tiempos de recuperación. Gracias a la experiencia del médico se sabrá si los síntomas están dentro de lo normal o no.
• Que el médico explique bien el alcance de la cirugía. Cuando un doctor promete retos imposibles se debe desconfiar de él. A una persona que mide apenas metro y medio, no se le puede asegurar que alcanzará los dos metros. Si el cirujano no puede cumplir lo prometido creará una gran insatisfacción a su paciente. Es importante que cuente las cosas tal y como son porque estas no son operaciones baratas y la ciencia llega hasta donde llega. Es preferible que el médico explique exactamente el alcance de las cirugías antes de que el paciente entre en el quirófano para evitar decepciones, discusiones o denuncias.
• Que el médico transmita seguridad y confianza a la persona que va a operar. El cirujano plástico además de ser un gran profesional tendrá que mostrar empatía y preocupación por su paciente. Es importante que cuando una persona se decida a operarse esté seguro de que ha tomado la decisión correcta. El medico debe transmitirle seguridad, explicar los pros y los contras y mostrar casos similares del antes y del después. Si el paciente intuye que lo más importa al cirujano plástico es el dinero o que busca incrementar una operación más a su haber, ese médico no será la mejor opción, ya puede ir buscando otro.
• Que el doctor evalúe bien las circunstancias de cada paciente. Un buen cirujano no debe aconsejar que se opere una persona demasiado inestable ni animarle a entrar en el quirófano sin estar convencido. No se puede pretender que con un simple arreglo estético se solucionen problemas más profundos. Normalmente se recurre a la cirugía plástica o estética para eliminar complejos o recuperar algunas funciones físicas. Si esto se consigue, la persona recobrará la autoestima, pero hay que tener en presente que no hace