La cirugía de los huesos de la cara o cirugía ortognática

Cirugía, Estética, Salud

La cirugía ortognática (del griego: orthos, recto y gnathos, mandíbula) es la intervención quirúrgica que corrige las deformidades faciales. Estas se producen cuando los huesos de la cara crecen de forma anormal. Aparecen durante la fase de desarrollo de la persona y se estabilizan cuando finaliza su crecimiento. Por eso, esta cirugía no se practica en niños salvo en raras ocasiones. En las mujeres se aconseja a partir de los 18 años y, en los hombres de los 21, al acabar su desarrollo.

Se sabe que la desarmonía facial afecta a un 15% de la población. Gran parte de las intervenciones que se realizan los hombres y las mujeres tienen lugar en el tercio inferior de la cara. La zona maxilofacial es parte fundamental de dos sistemas principales del organismo humano: el respiratorio y el digestivo. Por eso, las deformidades dentofaciales no afectan solo al plano estético, sino también a la respiración y a la masticación.

Las alteraciones más frecuentes son las caras largas o las planas, las mandíbulas demasiado prominentes o demasiado pequeñas, las sonrisas gingivales, la mordida abierta, las barbillas desviadas o el mentón saliente. Todos estos defectos se corrigen mediante la cirugía ortognática, que soluciona problemas de salud y da equilibrio a los rasgos en la cara.

La cirugía ortognática y otras especialidades médicas

La cirugía ortognática se interrelaciona con otras especialidades médicas que sirven para complementar su labor. Profesionales de dos ramas ponen en común sus conocimientos y sus habilidades para satisfacer las necesidades del paciente. Muchas veces es fundamental la intervención del ortodoncista y otras del cirujano plástico.

En realidad, la cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial. Esta se dedica al estudio, la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de enfermedades congénitas o adquiridas en la estructura facial.

La cirugía ortognática y la ortodoncia

La cirugía ortognática mantiene una clara relación con la ortodoncia. De hecho, el cirujano maxilofacial y el ortodoncista trabajan conjuntamente para tratar las deformidades dento-cráneo-maxilofaciales.

Cuando no están bien colocados los huesos de la cara, tampoco suelen estar bien dispuestos los dientes en la arcada. Esto impide que la persona pueda comer correctamente. Para corregir este problema, hay que modificar la posición del maxilar superior, de la mandíbula o de ambos.

La cirugía ortognática y la cirugía estética facial

Las deformidades faciales muchas veces precisan de la cirugía estética para llevar a cabo el trabajo. Este es el caso de la mentoplastia, para dar o quitar proyección a la mandíbula; la rinoplastia, para corregir el tamaño de la nariz y armonizarla con la mandíbula o la cirugía para rellenar los pómulos, cuando se tienen demasiado hundidos. Todas estas intervenciones ayudan a que el rostro adquiera más belleza en su conjunto.

Proceso de la cirugía de los huesos de la cara

El especialista estudia el rostro del paciente y, según sus características, decidirá la cirugía que le conviene practicar. A veces los problemas son de índole estético, como cuando se posee una mandíbula muy prominente o demasiado pequeña que hace “cara de pájaro”.  O en el caso de una sonrisa gingival que muestra en exceso las encías y no hace una boca bonita. Sin embargo, otras veces afecta a la salud, como cuando se tiene la mordida abierta, es decir, se muerde al revés y dificulta la masticación.

La cirugía ortognática consiste en hacer unos pequeños cortes intraorales, a través de los cuales se accede al hueso que habrá que seccionar y desplazar en un sentido u otro. Una vez desplazado el hueso se hacen los rellenos correspondientes y se procede a su fijación. Estas incisiones no dejan cicatrices visibles.

La operación se puede realizar en una de las dos mandíbulas o en las dos. Si se hace en ambas, la intervención pasará de 2 horas a 5.

Postoperatorio de la cirugía ortognática

Los primeros días después de la operación son los más complicados porque afectan directamente al uso de la boca:

  • No se podrá hablar correctamente
  • Se aconseja dormir sentado para respirar mejor.
  • Se tendrá que llevar unas bandas elásticas en los huesos maxilares durante todo el día
  • Seguir una dieta basada en líquidos.

A las dos semanas ya se podrá empezar con la dieta blanda y sólo se llevarán los elásticos unas horas al día.

Aunque el tiempo de recuperación varía en función de cada persona, lo habitual es incorporarse a la vida normal un mes después de la intervención. A partir de entonces, el paciente podrá volver a trabajar (si no precisa de excesivo esfuerzo físico) y hacer deporte con moderación.

La cirugía ortognática es salud y estética

La cirugía ortognática no solo resuelve un problema estético, sino también de salud. Cuando poseemos una malformación en la mandíbula o en cualquier hueso de la cara nos afectará en el día a día. Si tenemos problemas al masticar o al respirar, un dolor crónico en el tercio inferior facial y recurrentes dolores de cabeza, tendremos que acudir a un especialista.

El profesional analizará la mandíbula, el maxilar, los huesos cigomáticos, la nariz, las órbitas de los ojos, los dientes y los tejidos blandos que recubren el esqueleto facial y la región cervical. Una vez que el cirujano haya determinado la raíz del problema sabrá qué intervención es necesaria.

Si presenta alguna disarmonía facial, la cirugía ortognática le ayudará a sentirse mucho mejor tanto en el plano físico como en el estético.

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