Los pechos en la escultura antigua

Cirugía, Estética, Mama

Los pechos en la escultura antigua han ido variando según la época. Los de las estatuillas de la Prehistoria eran extraordinariamente grandes y se relacionaban con la fertilidad. Más adelante, en la Grecia clásica, el objetivo de los artistas era resaltar la belleza del cuerpo femenino y buscar las proporciones perfectas. En las culturas ancestrales africanas los senos también tenían un significado importante. Lo cierto es que el busto es uno de los mayores atractivos de las mujeres y hay que cuidarlo para que luzca lo mejor posible.

Los pechos en la escultura antigua

Los pechos en la escultura antigua. La Prehistoria

Los cuerpos femeninos de las Venus paleolíticas ostentaban unos grandes senos descolgados. Eran figurillas realizadas en distintos materiales (hueso, terracota, madera, asta, marfil o piedra) a las que se les atribuían poderes mágicos y se decía que potenciaban la fertilidad.

Un ejemplo son las Venus de Willendorff y la de Lespugue, ambas con una antigüedad de más de 20.000 años. Tienen un pequeño formato en el que destaca su enorme busto. Además, le acompañan unas caderas de grandes dimensiones, un vientre muy abultado y unas piernas cortas.

Los estudiosos de Arte actuales no comparten la denominación de Venus a este tipo de figurillas paleolíticas porque el termino lo identifican con esculturas de bellas proporciones, que no es precisamente su caso.

Los pechos en la escultura antigua. La Grecia clásica

En la Grecia clásica la desnudez era un tema solo de hombres con cuerpos perfectos, que se representaban en todas situaciones. A las mujeres se les reservaba el ámbito doméstico y el recato. Un ejemplo de esa diferencia entre sexos era que los atletas griegos competían sin ropa.

Praxíteles realizó una escultura desnuda de Afrodita, diosa del amor, la belleza y la fertilidad con unas proporciones perfectas y unos pechos muy bien modelados. Era tan bella que a partir de ella se estableció el canon del cuerpo femenino e influyo en obras posteriores. Se piensa que el artista tomó como modelo a una hetera después de tomar un baño en el mar. La Afrodita de Cnido se considera la primera escultura de un desnudo femenino en tamaño natural.

La historia de esta talla es bien curiosa porque, en realidad, Praxíteles realizó dos versiones de Afrodita, una desnuda y otra vestida. Los habitantes de la ciudad de Cos rechazaron la que no tenía ropa porque la consideraban indecente. Sin embargo, los de Cnido la aceptaron y la instalaron en un templo dedicado a esta diosa. Enseguida, la escultura alcanzó una gran popularidad y comenzó a ser venerada y replicada. Desgraciadamente, la Afrodita original despareció entre las llamas un siglo después.

Los pechos en la escultura antigua. Etnias africanas

El arte africano desde tiempos ancestrales no ha tenido problema en representar el cuerpo femenino con todos sus atributos. Son muy comunes las estatuas de mujeres amamantando a sus bebés.

El grupo étnico dogón habita desde el siglo XIV en una zona de difícil acceso de Mali. Precisamente el haberse establecido en ese lugar tan aislado les ha hecho conservar sus tradiciones y su artesanía, La temática de las tallas gira en torno a la vida cotidiana, la religión y la maternidad. Las esculturas femeninas presentan los senos muy altos, casi en el cuello, algunos bien erguidos y otros caídos.

Uno de los trabajos más extendidos de la etnia dogón son las puertas donde se representan los motivos que narran la historia de la casa donde se coloca esa contraventana. Aparecen los miembros de la familia, los animales, su actividad económica y dos pechos femeninos que simbolizan la fertilidad.

Las muñecas akua’bas son unas figurillas rituales de fertilidad de los ashanti de Ghana. Tienen una gran cabeza circular y un fino cuerpo con dos senos pequeños redondos. Las llevan las jóvenes que desean quedarse embarazadas o las que ya lo están para que su bebé nazca fuerte y sano.

La sociedad ashanti es matrilineal, por lo que las madres prefieren tener niñas. La historia de estas muñecas es la de una mujer sin hijos que consultó a un sacerdote qué hacer para tenerlos. Él le aconsejó que llevara en su espalda una figurita como si fuera un bebé real. Al cabo del tiempo, esta mujer dio a luz una niña a la que llamó Akua. Desde entonces, cuando nace un bebé ashanti las madres ponen como ofrenda una de estas muñequitas en un santuario. Se han convertido en un signo de buena suerte.

Cómo tener unos pechos esculturales

Nadie quiere que sus mamas se vean descolgadas como las de las estatuillas paleolíticas. El paso del tiempo, los cambios constantes de peso, los embarazos y la lactancia hacen estragos en ellas. Para mantener un busto bonito habrá que cuidarlo y, cuando sea necesario, recurrir a la Cirugía Plástica:

Si no consigue un busto perfecto consulte con un cirujano plástico para que le dé la mejor solución. El médico, como si fuera un escultor, dará la forma y el tamaño adecuado a sus senos.

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