¿Qué es una talla grande? Los diseñadores y comerciantes denominan tallas grandes a todas aquellas que pasan de la 42. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad convino en 2007 que la ropa de talla especial es la que supera la 48. Hay que tener en cuenta que los cánones de belleza no son los mismos en todo el mundo y, además, depende de la constitución de cada persona. Tener una talla grande no significa estar enfermo, solo es una cuestión estética. Cuando no se está conforme con el aspecto físico, se puede hacer dieta y ejercicio o recurrir a la Cirugía Plástica.

¿Cómo se miden las tallas?

Las tallas se rigen por las medidas de determinadas partes del cuerpo. En las prendas femeninas se toma como referencia el pecho, la cintura y las caderas y se divide entre dos. Por ejemplo, si la cintura mide 80 cm, el tallaje del pantalón será la 40. Aunque parezca mentira, la talla más vendida en España es la 44 porque hay bastante sobrepeso.

En los sujetadores hay dos valores: la talla (que viene en cifras múltiplos de 5 y corresponde al contorno debajo del pecho) y la copa (que figura en letras A, B, C, D y mide el perímetro a la altura del pezón). Cuanto mayores sean estos dos valores, el seno será más grande. En España las mamas son más bien pequeñas, la mayoría de las mujeres usa un sostén de copa B.

En la etiqueta de las prendas aparecen varias numeraciones, dependiendo de dónde se hayan confeccionado. En Europa se utiliza el llamado “sistema francés”, que va de dos en dos (34, 36, 38, 40…); mientras que en América se hace por letras (XS, S, M, L, XL, XXL). La ropa de Asia suele venir más pequeña porque las personas de allí tienen una menor constitución.

Las tallas no suelen ser iguales en una firma que en otra y, no solo eso, algunas ponen un número inferior para que el cliente piense que está más delgado. El Ministerio de Sanidad intenta acabar con esta disparidad de tallaje y ha acordado que las modelos deben responder al perfil biométrico de la población.

La polémica de las tallas

Cada uno tiene un cuerpo y, según el conjunto de su constitución, se podrá decir que le sobran kilos o no. Además, entran en juego otros factores como los dictados de la moda. Actualmente se diría que Marilyn Monroe está pasada de peso mientras que en su época era considerada sexy.

A las modelos de pasarela se les exige una talla 36 a pesar de que las chicas de la calle no son tan delgadas y es precisamente a ellas a quienes se les quiere vender la ropa. Existe toda una polémica en torno a este tema, por lo que se han realizado campañas denunciando que este sector esclaviza a las chicas, obligándolas a tener cuerpo de niñas.

El riesgo de esto es que muchas jóvenes pueden desarrollar anorexia, enfermedad por la que aún siendo delgadas se ven gordas. Siempre es bueno intentar mejorar el aspecto físico pero sin poner en peligro la propia vida.

¿Qué es una talla grande?

En nuestra cultura, hoy en día, la talla perfecta es la 38. De hecho, a partir de la 40 se considera plus size. Muchas marcas no ofrecen prendas más allá de la 42 en la planta de chicas y hay que ir a la de señoras para encontrarlas. Las grandes van desde la 42 a la 54 y esas clientas tienen dificultades para llenar su armario con ropa moderna de su tamaño.

En los últimos años ha surgido el movimiento curvys, que reivindica a las chicas bien proporcionadas con grandes curvas. Cada vez más diseñadores presentan una colección dedicada a ellas y modelos de todas las nacionalidades lucen con orgullo sus cuerpos rellenitos.

¿Qué hacer ante una talla grande?

Con unos kilos de más engordará todo: la cara, el cuello, los brazos, los pechos, el abdomen, las caderas, el trasero y las piernas. La grasa se apoderará de nuestro cuerpo y aparecerá la odiosa “piel de naranja”. Para evitarla es bueno hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada, suprimir la sal y beber mucha agua. Si esto no es suficiente se podrá recurrir a la liposucción.

Tener una talla de pecho XXL puede generar problemas no solo psicológicos sino físicos. Muchas mujeres se sienten acomplejadas y van encorvadas para que no lo noten los demás. Además, demasiado peso en los senos puede generar dolores de espalda. Un cirujano podrá valorarlo y, si es necesario, realizará una mamoplastia de reducción.

Lo ideal es tener la talla deseada, pero muchas veces no se tiene esa suerte. Si no está satisfecha con el aspecto de su cuerpo, acuda a la consulta de un cirujano plástico para que le dé la solución más adecuada.