¿Son todos los pezones iguales?

Estética, Mama

¿Son todos los pezones iguales? No, no todos los pezones son iguales, varía la forma, el color, el tamaño y la densidad. Estas protuberancias son fundamentales en los pechos de las mujeres durante la lactancia, además de constituir una de sus zonas erógenas. Cuando no son del todo estéticos puede preocupar su aspecto, pero si no se tiene dolor ni presenta ningún problema funcional no hay por qué inquietarse. Ante cualquier eventualidad, la Cirugía Plástica encuentra la solución más adecuada.

Son todos los pezones iguales

El pezón humano

Los pezones son unas protuberancias pequeñas (generalmente de 1 cm de diámetro y 1 de longitud) situadas en el centro de la mama. Están dotadas de una piel muy sensible y tienen una pigmentación más oscura denominada areola.

Una de las funciones de los pezones de las mujeres es amamantar. Para ello, cuenta con unos 15 o 20 conductos lácteos repartidos por todo el seno que suministran la leche. Los pezones también son básicos en las relaciones sexuales, ya que al estimularlos mediante caricias y lamidos se yerguen y activan el deseo.

¿Son todos los pezones iguales?

Como hemos mencionado anteriormente, hay distintos pezones según su forma, tamaño, color y densidad. Para saber cuál es el tipo de cada una solo habrá que ponerse frente al espejo y observarlos con detenimiento, eso sí, en reposo y sin frío, ya que eso modificaría su aspecto.

  • Pezones comunes. Sobresalen del pecho de forma natural y se endurecen al ser estimulados o con las temperaturas bajas. Son perfectos para amamantar.
  • Pezones planos. No resaltan de la areola salvo si se excitan por el tacto o el frío. Al inicio de la lactancia pueden suponer algún problema pero el bebé enseguida se hará con ellos.
  • Pezones  grandes. Lo normal es que ronden el centímetro, pero si miden unos 2 cm de diámetro se considerarán grandes. Un inconveniente de estos pezones es que pueden provocar náuseas al bebé durante la lactancia porque no le caben bien en la boca.
  • Pezones invertidos. Se encuentran totalmente escondidos en la areola y ni siquiera aparecen por estimulación o por baja temperatura.
  • Pezones semi-invertidos. Al igual que los invertidos permanecen dentro de la areola, pero sí salen cuando se estimulan. Este tipo de pezones puede generar algunas dificultades para amamantar.
  • Pezones salientes. Son aquellos que siempre están erectos, pero no endurecidos. Cuando se estimulan sí se ponen duros.
  • Pezones unilaterales. Ambos tienen formas distintas, por ejemplo, uno de pezón invertido y el otro plano. Muchas personas se colocan un piercing en el invertido para igualarlos.
  • Pezones con glándulas de Montgomery marcadas. Todos los pezones tienen unos pequeños granitos pero en algunos pechos son más evidentes. Estas mini protuberancias sirven para mantener lubricado al pezón proporcionando una capa protectora a la areola, evitando infecciones, sequedad y grietas durante la lactancia. El olor de esa sustancia estimula el apetito de los bebés y les orienta para encontrar los pezones. No hay que preocuparse por estos granitos a no ser que excreten un líquido verdoso que, además, huele mal.
  • Pezones con vello. Aunque es más común entre los hombres también hay mujeres que poseen pelillos en la areola o alrededor del pezón y depende de los niveles hormonales.
  • Pezones supernumerarios o ectópicos. Es cuando se tienen más de dos pezones. Aunque a veces se encuentran en el mismo pecho, otras aparecen fuera del área habitual como la espalda, el cuello, la cara, la vulva, hasta la planta del pie.

Color de los pezones

El tono del pezón suele ser más oscuro que el del resto del seno por un rasgo reproductivo y sexual. De esta forma, los bebés pueden localizar más fácilmente el lugar donde amamantar.

Van desde tonos muy claros hasta más oscuros, dependiendo del color natural del cuerpo y, según la raza, serán más o menos intensos. Los pezones de las mujeres caucásicas son más rosados y los de las negras marrones oscuros.

Cirugía Plástica ante unos pezones defectuosos

Algunas mujeres no se atreven a hacer top less porque les acomplejan sus pechos y no solo es por el tamaño o la turgencia de los mismos, también los pezones les incomodan. Areolas excesivamente dilatadas o pezones que necesitan reducirse son motivos de sobra para entrar en el quirófano.

Una de las intervenciones más frecuentes es la del pezón invertido, ya que alrededor de un 7% de mujeres lo tienen así. La Cirugía Plástica también es fundamental en la reconstrucción del complejo pezón-areola tras un accidente o una mastectomía en la que se haya tenido que extirpar el pezón. Todas estas operaciones ayudan a la mujer a recobrar la confianza en sí misma y a verse más guapa.

Las mamas son una parte fundamental del cuerpo femenino. No solo equilibran las curvas de nuestra silueta, sino que sirven para amamantar y dar placer. Si tiene algún problema en sus pezones así como en el resto de los senos, consulte con un cirujano plástico que le aconsejará lo mejor en su caso.

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